sábado, 21 de abril de 2012

Un tren...

Y sentir que te vas, pero a la vez vienes, como un búmeran, no sé que hacer, o que decir,...
 Me siento sola en una estación, con un billete caducado en las manos, pequeño, frágil, pero, si no se fija nadie,  me puede llevar a otro lugar desconocido para mí... Por eso me da miedo, miedo a no saber que habrá, no saber como será ese mundo, si me gustará o lo repudiare...
Miro a mis lados, no hay nadie, solo yo. Solo yo espero a ese tren que nunca llega, los segundos se convierten en minutos, en horas, en días,... Mientras yo sigo sentada en cierto banco en cierta estación, esperando a un tren, a un tren que llegue y me recoja, que me lleve lejos, quizás al encuentro con mi destino.
Espero quieta, balanceo mis piernas, me miro las botas, sucias y llenas de polvo,  un largo camino para llegar hasta aquí. Miro mis manos, son pequeñas, me siento pequeña, como una niña, quiero encontrar alguien que me haga más fuerte, solo un poco más...
Paseo por la estación, con mi billete en la mano, sus letras se comienzan a emborronar por el sudor de mis manos, comienzo a ponerme nerviosa, quizás nunca llegue, quizás esta espera sea inútil...
Siento la necesidad de salir, de encontrarte destino, de encontrarte, agarrarte de la mano y no soltarte...  De nunca dejarte solo de que seas solo mío, la persona que me aguante, que pueda conmigo, quiero entenderte mejor,...
Pero, antes, debo encontrarte, me siento atada con un lazo a esa estación y otro con mi destino,  pero la decisión que debo tomar tiene que ser la que me haga feliz, una decisión que nunca va a cambiar,...
Oigo un silbido, algo rasga el aire, un pitido, velocidad, rpoviene del túnel, miro a la oscuridad infinita, veo una pequeña luz tambaleante al final, ya era hora.
Un tren entra fragante en la estación, se para con un ruido estridente. Sus puertas se mantienen cerradas, cuando se abren, no dejan ver nada, un mistrio, un nuevo comienzo...
Está decidido, mis pasos un poco indecisos al principio recogen mi valor y se vuelven seguros, pequeños y cortos, pero poco a poco me acercan a ese tren, subo en él, miro el billete de nuevo, solo queda eso por pasar, un poco de suerte nada más.
Su fecha de caducidad se ha borrado con el calor de mis manos, una lágrima silenciosa cae por mi mejilla, al final logré salir de esta soledad, de esta coraza que me mantenía aislada...
Tengo miedo, no se que me encontrare, pero soy feliz, amargamente feliz, porque no sé si me gustará o no, pero aunque el miedo me aferre, yo lucharé por seguir, por ver la verdad, por no vivir en la ignorancia, miro por la ventanilla, el cielo es hermoso.
                             Al final, salí....
                                                   Para encontrarme con mi destino...
 

viernes, 13 de abril de 2012

¿Dónde andas?


El dolor que siento en lo más hondo de mi alma al ver pasar por mi lado a personas insufladas de amor. La tristeza de verme sola, quieta sin poder moverme, sin poder salir de esta prisión de cristal que me mantiene presa de un engaño llamado miedo.
Sí. Tengo miedo. Miedo a quedarme sola por siempre. Miedo a seguir sintiendo esta condena eternamente. A ver a la felicidad evaporarse, sentirme como una nube solitaria en el cielo, arrastrada por el viento del Norte hacia algún lugar tenebroso.
Estoy buscándote. Déjame encontrarte.
Es lo que susurro cada noche antes de dormirme en un sumiso sueño. Lo que deseo con mi alma y mi corazón, con todo mi ser.
Cada fibra de mi ser te busca, te añora. Nunca te he conocido... ¿Extraño verdad? Añorar algo que no conoces y que quizás no conozcas.
La gente me dice que algún día te encontraré amor, que algún día podré estrecharte entre mis brazos.Pero en mi ser surge una pregunta... ¿Cómo sabré que eres tú?
¿Notaré un chispazo?,
¿un pequeño vuelco de mi corazón?,
¿una llamada de tu alma a la mía a cobro revertido?
 Quién sabe.
 Solo espero saber que eres tú, mi dulce y amargo amor. Mi anhelo, mi recuerdo.
Cuando te encuentre espero poder decir dos palabras, dos sencillas palabras tan difíciles de pronunciar como de sentirlas.
Quiero verte feliz, alegre, y todo lo bueno que exista, y a veces triste, para poder consolarte y animarte. Quiero tenerte a mi vera, en una playa en la arena.
Que me saques de este mar sin fondo en el que solo tú haces pie.
Aunque solo sea una ilusión... aunque solo seas un recuerdo sin imagen ni sonido... aunque quizás ni existas... aunque nunca oiga tu voz... Seguiré esperandote.
Durante tanto tiempo que haga falta... a cambio solo te pido una cosa, No te dejes quemar por el fuego que otras personas prenden a mi alrededor. Saltalo y abrazame fuerte, tan fuerte que sienta tus latidos acelerados y tu alma uniendose a la mía, y nunca me vuelvas a soltar, que nunca me pierdas.
A cambio yo sólo puedo prometerte una cosa... muy sencilla, aunque a veces parezca complicada, e igual de hermosa...
En mi corazón sólo estarás tú...